Diario Bélgica 2/8 (I): Dinant, la ciudad del saxofón

Mi llegada a Dinant, la ciudad del saxofón fue recibida con lluvia y además aire (es lo que esperaba), pero a los pocos minutos mi cara cambio cuando vi la belleza de la ciudad que iba a visitar al atravesar el Puente Charles De Gaulle o de los Saxofones. ¿Qué ver en Dinant en un día?

¿Qué ver en Dinant en un día?

Un puente que hace verdad lo de Dinant, la ciudad del saxofón, ya que 28 creativos saxofones de los países de la Unión Europea que fueron creado con motivo de la Europa Sax, en el año 2010.

1.- Collégiale Notre-Dame.

Al otro lado del puente me esperaba Collégiale Notre-Dame (The Collegiate Church of Our Lady), una espectacular construcción gótica que sustituyó al derruido edificio románico (). Pocos edificios de tal belleza y curiosa arquitectura he visto en mis viajes.

El interior del edificio hace justicia al exterior, y aunque no demasiado repleto de ornamentación, quizás lo que más me llamó la atención fue la belleza de sus vidrieras (soy muy fan de las vidrieras).

2.- La Citadelle de Dinant.

Una vez disfrutado de cada rincón de la colegiata, decidí visitar La Citadelle de Dinant (The Citadel of Dinant). Para ello se sube en un teleférico, y una vez allí entráis al patio del recinto y a una determinada hora comienza la visita guiada.

La fortaleza fue escenario de combate de las tropas francesas contra las alemanas en agosto de 1914. Lo más destacado de la visita es la pequeña colección de armas que posee, así como reproducciones de cómo era la vida en el recinto. Aunque el principal atractivo de la visita son las vistas de la ciudad, que atraviesa el río Mosa.

3.- La Maison de Monsieur Sax.

Posteriormente y tras disfrutar de la visita, volví a bajar y comencé a recorrer las calles de esta pequeña localidad, descubriendo a cada paso porque Dinant, la ciudad del saxofón. Pasé por delante de La Maison de Monsieur Sax (Adolphe Sax), el inventor de dicho instrumento.

4.- Grotte de la Merveilleuse.

Volví sobre mis pasos bordeando el río Mosa, disfrutando de las vistas que ofrece a ambos lados de sus orillas. Casas coloridas muy bonitas, y sobre todo, de momento, sin lluvia. Mi siguiente destino antes de abandonar la ciudad era la Grotte de la Merveilleuse.

Para llegar basta con seguir las múltiples indicaciones a lo largo del camino, eso sí, todo cuesta arriba, aunque tampoco es un paseo de mucho esfuerzo (si vas en coche se puede subir y aparcar sin problema).

La Grotte de la Merveilleuse es una de las grutas subterráneas más bellas de Bélgica y de Europa. Fueron descubiertas en 1904. Están muy bien acomodadas, y se recorren en visita guiada sin problema (no necesitas estar en forma, aunque hay que subir y bajar una gran cantidad de escaleras).

Los techos repletos de estalactitas y estalagmitas son un espectáculo maravilloso que me dejaron impresionado, así como las cascadas de piedra caliza que se forman en las paredes. Además, el guía tuvo el detalle de hacer la visita en francés y español (solamente estábamos en la cueva una pareja de franceses y yo).

La visita a Dinant, la ciudad del saxofón había terminado, mi siguiente parada este día sería la ciudad de Namur. Había llegado con lluvia y me marchaba con lluvia, así es el clima de Bélgica.