Diario Bélgica 4/8: Brujas, la ciudad más bonita del país
Hoy tocaba visitar de nuevo Brujas, una de mis ciudades favoritas de Europa. Brujas es una ciudad especial, por la belleza de sus calles, atravesadas muchas de ellas por sus preciosos canales. ¿Qué ver en Brujas en 1 día?
Nada más salir de la estación de tren comencé a caminar por las características calles de Brujas, hasta llegar a la Plaza Mayor (MarktPlatz) de la ciudad, donde podemos disfrutar de las estatuas de Jan Breydel y Pieter De Koninck. Aunque el objetivo en esta plaza era visitar el Campanario de Brujas (Belfort), Patrimonio de la Humanidad de la Unesco desde 1999.
A escasos metros, encontré otra fantástica plaza, BurgPlatz, una de las más importantes, con elementos como el Ayuntamiento (Stadhuis van Brugge), y la Basílica de la Santa Sangre (Heilig-Bloedbasiliek), una obra del siglo XII.
Retrocediendo sobre mis pasos volví a la Catedral de Brujas (Sint-Salvatorskathedraal), la cual estaba aún cerrada a mi llegada a la ciudad. Es la más antigua de la ciudad, y data del siglo X.
Seguí caminando, y dejándome llevar por las callejuelas de Brujas, disfrutando de su arquitectura y fachadas, cuando de pronto me encontré en la puerta de la Iglesia de Nuestra Señora (Onze-Lieve-Vrouwekerk). Es un templo medieval, el más alto de la ciudad con 122 metros de altura.
Después de comer algo, fui a recorrer y disfrutar del Beguinaje de Brujas (Begijnhof) de 1245, también Patrimonio de la Humanidad de la Unesco, rodeado por unas 30 casas beguinas.
Crucé Langestraat, hasta llegar a los límites de la ciudad, a la Puerta de Santa Cruz (Kruispoort), y pasear unos minutos por la orilla del río, disfrutando de los gigantescos molinos.
Regresé por otra parte de la ciudad para conocer algunos edificios, como el Convento Inglés (Engels Klooster), la Capilla de Jerusalén (Jeruzalemkapel), la Iglesia de Santa Ana (Sint-Annakerk), y tras cruzar sus canales, la Iglesia de Santa Walburga (Sint-Walburgakerk).
Terminé en la plaza Jan Van Eyckplein, donde hay una estatua en su honor, y poco caminando llegué al Teatro Municipal (Stadsschouwburg) y de ahí visité la Iglesia de Santiago (Sint-Jakobskerk).
Regresé a la estación de tren atravesando ‘T Zand Square (en la cual en épocas pasadas se realizaban ejecuciones) y Koning Albertpark. Mi día en Brujas había terminado, y seguía siendo una de mis ciudades favoritas.