Diario Asturias 1/5: Llegada a Oviedo y visita a la Catedral
El día comenzó demasiado temprano incluso para mí, pero es el problema del lowcost. A las 6 tomé el autobús hacia Madrid y de allí volví a coger otro bus que tras 5 horas de recorrido me llevaría a Oviedo donde comenzaría mi semana de viaje por Asturias. Mi objetivo principal esta tarde era visitar la Catedral de Oviedo.
Indicar que es de agradecer que Alsa se modernice metiendo tablets en sus vehículos, y sobre todo permitir conexión usb de carga y wifi para estos viajes tan largos. Utilicé la promoción del verano por lo cual el billete me salió genial de precio.
Mi alojamiento y «cuartel general» en Oviedo sería el Hotel Favila, a unos pocos minutos de las estaciones tanto de autobús como de tren, lo cual era condición imprescindible en este viaje donde visitaría múltiples ciudades.
Visitando la Catedral de Oviedo.
Nada más dejar la maleta me dirigí a ver la Catedral. El precio de entrada (7 euros) es un poco excesivo, aunque dispondrás de una audioguía con la que iras recorriendo los 32 puntos de la visita. Debo decir a su favor que la visita es imprescindible dada la belleza de la catedral, capillas, claustro y museo (en éste último no puedes hacer fotos) y la Cámara Santa que acoge el sudario de Cristo.
- Precio entrada regular: 7€
- Enero, febrero, noviembre, diciembre. 10h-14h y 16h-18h.
- Marzo, abril, mayo, octubre. 10h-14h y 16h-19h.
- Junio. 10h-14h y 16h-20h.
- Julio, agosto. 10h-20h.
- Septiembre. 10h-19h (Durante el Jubileo de la Santa Cruz, Del 14 al 21 el horario es de 10h-17h).
Al salir de la Catedral me tomé un tiempo en recorrer y visualizar la magnífica Plaza Alfonso II y un elemento inconfundible de la ciudad, la estatua de La Regenta.
Pegado a la Catedral está situado el Jardín de los Reyes Caudillos, elemento de gran belleza, y seguí rodeando el edificio, descubriendo el Convento de San Pelayo, Santa María Real de la Corte, la plaza Feijoo con un monumento en el centro.
Seguí disfrutando de la arquitectura de la ciudad durante un largo paseo que me llevó a conocer la plaza de la Corrada del Obispo, plaza del Paraguas y la plaza de Trascorrales con la estatua de la vendedora de Pescado y La Lechera de Manolo. La Plaza del Paraguas se caracteriza por la estructura en forma de paraguas abierto en su centro. La Plaza de Trascorrales se caracteriza por el colorido de las fachadas de los edificios que la circundan.
Terminé regresando a la plaza de la catedral, y tomando una calle anexa llegué a la plaza de Porlier, con la estatua del viajero en una esquina, y la plaza de la Constitución que alberga el Ayuntamiento y la iglesia de San Isidoro.
El apetito se me iba abriendo, así que piqué algo cerca del Mercado de Fontán. Volví entonces al hotel cruzando el Campo de San Francisco, el parque que representa el pulmón verde de la ciudad de Oviedo, donde pude encontrarme algunas estatuas más.