Diario Polonia 5/6: La Colina Wawel y el Barrio Judío
Lo primero que hice fue ir a visitar el punto turístico más conocido de la ciudad de Cracovia, la Colina Wawel. Me dirigí a la taquilla para comprar una entrada combinada con la que ver los Aposentos Reales del Castillo de Wawel, la Catedral de Wawel, y la Cueva del Dragón.
Comencé visitando los aposentos reales. Indicar que no se puede entrar con mochilas, pero justo en la diagonal de la entrada a los aposentos hay una oficina donde dejarlas. No se pueden realizar fotografías…pero bueno, si eres hábil puedes realizar alguna, y capturar la belleza de las múltiples salas. Las dos salas más grandes son las de los Senadores y los Diputados. Hay vigilantes en todas, te llevarás una bronca si te pasas de listo.
Desde allí volví a recoger la mochila, y visité la catedral, la cual me gustó bastante, aunque he de indicar que pensé que sería de mayor tamaño. Di un paseo y me dirigí hacia la cueva del dragón.
La cueva del dragón está situada en un lateral del castillo, es como un minúsculo torreón, y desde allí bajas a la parte de abajo de la colina sin tener que dar la vuelta completa. La cueva es la típica tontería para turistas, bajas 130 escalones, caminas 70 metros y sales al exterior de la Colina Wawel. Allí te encuentras junto a la escultura del dragón de bronce.
Recorrí el paseo del río y me dirigí hasta la hermosa Iglesia de Santa Catalina de Alejandría (Kraków Parafia św. Katarzyny Aleksandryjskiej), una iglesia de enorme tamaño y belleza. Me sorprendió mucho la grandeza de su altar barroco, y la paz de su claustro.
A pocos metros en la misma calle, se encontraba la Iglesia del Arcángel San Miguel y de San Estanislao Arzobispo y Mártir en la Roca, Monasterio de los Monjes Paulinos, aunque es más conocida como el Monasterio en la Roca (Paulini Skalka). Más grande por fuera que por dentro, pero con un interior acogedor y con una decoración hermosa.
Antes de comer decidí que para completar la mañana podía pasar a contemplar la Basílica del Corpus Christi (Bazylika Bozego Ciala), un templo precioso en cuanto a arquitectura y colores. Está muy cargada de decoración, pero es muy linda.
Después de comer un enorme, económico y picante zapiekanki diablo (lo que nosotros conocemos como panini), que hizo que se me cayeran las lágrimas del fuerte picor, decidí dedicar la tarde a visitar el Barrio Judío.
Comencé visitando Tempel Synagogue, una preciosa sinagoga, con decoración en tonos rojizos y dorados. Fué destruida durante la Segunda Guerra Mundial por los nazis alemanes.
Mi siguiente destino, a pocos metros, fue la Sinagoga de Isaac (Synagoga Izaaka). Mucho más sencilla y humilde que la anterior. Aunque tiene un encanto especial, por las pinturas originales sobre su pared.
Por último, me acerqué tras unos minutos a ver la Sinagoga Remuh (Remuh Synagogue), la más pequeña, y cuyo principal atractivo es el Cementerio Remuh, anexo a ella, y que aún conservan lápidas.
Para terminar mi jornada viajera visité la zona de Podgórze, porque deseaba observar en la Plaza de la Paz (Plac Bohaterów Getta) en la cual se seleccionaba la gente que iba a uno de los campos, y que hoy contiene un monumento conmemorativo en forma de 70 sillas vacías, que representan las pertenencias que dejaban los deportados.