Diario Portugal 3 (I): Vila do Conde y el Acueducto de Santa Clara
Esta mañana no tenía previsto ningún viaje, y por tanto improvisé. Comencé a buscar destinos bonitos cercanos a la ciudad de Oporto y de repente me encontré con una peque ciudad llamada Vila do Conde.
La conexión desde Oporto se hace usando el metro, la línea roja dirección a Póvoa de Varzim. Es un viaje de larga duración, pero merece la pena por la belleza de la pequeña localidad.
Una vez llegué a la parada de metro (es al aire libre) no fui en dirección a la ciudad, sino en sentido contrario, ya que en la lejanía divisé un pequeño templo, la Igreja da Nossa Senhora da Lapa (Iglesia de Nuestra Señora de Lapa). Del siglo XVIII, dicha iglesia ocupa el lugar que en otro tiempo localizaba una ermita en honor a San Bartolomé.
Al salir, tomé una calle siguiendo el espectacular Acueducto de Santa Clara. Esta maravilla del siglo XVII atraviesa la ciudad durante varios kilómetros, y fue construido para abastecer de agua al monasterio del mismo nombre. Inicialmente tenía 999 arcos.
Al final del acueducto, me encontré con el precioso Convento de Santa Clara. No obstante, es Monumento Nacional de Portugal. Del siglo XIV, este templo combina múltiples estilos: gótico, manuelino, barroco y rococó.
Desde aquí y bajando por unas pequeñas escaleras, llegué hasta la Igreja Matriz (Iglesia Madre). La entrada es gratuita, y me gustó mucho más por fuera que por dentro, donde no hay demasiados elementos que destaquen.
A unos pocos metros encontré la Praça Vasco da Gama (Plaza Vasco de Gama). Esta plaza está cargada de historia, ya que como indica el monumento de granito localizado en ella, en dicha plaza los habitantes de la ciudad reconquistaron su libertad el 25 de abril de 1999. También podemos disfrutar del Ayuntamiento, Pelourinho, una pequeña capilla, una bella fuente y dos enormes árboles.
Callejeando, y tras ver la escultura en homenaje a los artesanos de la ciudad, terminé en la Praça da Republica (Plaza de la República), pegada al río. Disfruté de un agradable paseo, donde tuve oportunidad de descubrir otra escultura, en homenaje a las rendilheiras, que eran mujeres que hacían encajes de bolillos.
Algunas pequeñas embarcaciones me estaban esperando, hasta llegar a un curioso elemento que no esperaba encontrar: una réplica de una Nau Quinhentista portuguesa del siglo XV, la cual no pude visitar por el horario.
Unos metros más adelante, en la Praça Joao II (Plaza Juan II), tenéis la famosa escultura de la sirena y unas fuentes esféricas. Después de recorrer el paseo en sentido contrario, volví a retomar el acueducto en sentido contrario para regresar a Oporto.